Humedece tu rostro con agua tibia para preparar la piel.
Genera espuma frotando el jabón entre tus manos o directamente sobre la piel.
Masajea suavemente con movimientos circulares, enfocándote en las zonas con impurezas o grasa.
Enjuaga bien con abundante agua hasta retirar todo el producto.
Sécate con cuidado usando una toalla limpia y dando toques suaves, sin frotar.
Hidrata tu piel con tu sérum o crema hidratante favorita para sellar la limpieza.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.